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Estancia de Jesús María - Museo Jesuítico Nacional

La Posta de Sinsacate y sus 74 años como Museo

Hace 74 años comenzaba nuestra historia como Museo Nacional de la Posta de Sinsacate

Aquella casa blanca y esbelta en lo alto de la loma, que ya contaba con mucho más de 200 años mirando el paisaje, recibiendo a quienes necesitaban cobijo durante el viaje, se convertía en Museo Nacional  por ser el sitio donde la historia pasó y se quedó para siempre en el recuerdo de Quiroga, en el descanso de Belgrano, en las tropas de San Martín...

La Posta atestiguó el paso del tiempo: vivió la historia de la Córdoba Jesuita, de su expulsión y de las desventuras de sus Estancias imponentes. Refugió tropas que iban y venían buscando la Independencia y luego a varios de esos oficiales que ahora debatían a los tiros si eran Federales o Unitarios.

El Siglo 19, lleno de inventos, terminó dejando a la Posta mucho más al costado del camino que antes: el FerroCarril Central Norte abría su propio paso paralelo al histórico Camino Real, pero demasiado lejos como para que alguien se acercara a su comedor y encima ya nadie necesitaba parar a descansar. La comodidad del tren había hecho que la Posta comenzara el Siglo XX sintiendo los achaques de los años, relegada a una simple vivienda que en muchos tiempos fue comunitaria y viendo a la historia desde lejos.


En 1941, mientras el mundo vivía una de sus peores tragedias, a la Posta de Sinsacate le llegaba el reconocimiento de ser Monumento Histórico Nacional. En pocos años fue recuperada y restaurada: se reparó cada rincón, se colocó energía eléctrica en todas sus salas, se dispuso de un espacio bien amplio para un parque de flora autóctona, se construyeron baños para el público y comenzó a recibir sus primeros objetos de exhibición. En 1946, cinco años después de su Declaración de Monumento y con nuevas páginas en la Historia, nacía el Museo Rural de la Posta de Sinsacate.


En 74 años nos visitaron miles de estudiantes, turistas, familias, paseantes: la Posta les contó su Historia en la voz de sus guías y cada visitante sintió al tiempo detenerse en sus salas, en su galería, en la Capilla que veló a Facundo y también en la belleza total de la Sala de Carruajes.


Hoy la Posta de Sinsacate celebra sus 74 años como Museo a puertas cerradas, en una cuarentena silenciosa que a veces se disipa cuando los fantasmas charlan entre ellos.

Brindamos con ustedes, porque sabemos que más temprano que tarde abriremos nuestras puertas para seguir narrándoles estas historias que nos pertenecen a todos y a todas.

 

Posta de Sinsacate