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Estancia de Jesús María - Museo Jesuítico Nacional

Restauración de los Ángeles Lampadarios

“Ángeles Exentos”, “Ángeles Lampareros” o “Ángeles Lampadarios”. Imágenes de retablo con una historia asombrosa.

Los procesos de restauración de las obras de artes suelen ser complejos y de larga duración. El trabajo que lleva adelante un restaurador, siempre es visto como artesanal y artístico, aunque también requiere de investigación, estudio y mucha paciencia.

Las obras que elegimos hoy llegaron al museo con un antecedente histórico dudoso: Se presentaron como obras de retablista español Alonso Cano (1601-1667), pero sin identificaciones que determinaran que realmente lo fueran. Sin embargo, una inscripción agregada en la pierna de uno de los ángeles, llamó particularmente la atención de nuestra restauradora.  “Es de Estepa“, escrito a mano, seguramente como testimonio de aquel que recogió la obra para resguardarla. Estepa es una localidad sevillana, que durante la Guerra Civil Española, sufrió incendios en varias de sus iglesias, además del horror bélico que destruyó vidas, sueños y esperanzas.

El trabajo de restauración llevado adelante por la Profesora de Arte y Perito en Arte Ana María Salgado se prolongó durante más de medio año y  no fue solo técnico: el proceso también comprendió la investigación de la obra y sus detalles. Todo este bagaje de conocimiento sirve no solo para el informe, sino que también es utilizado en el Museo para el trabajo de los Guías y Educadores del Museo y como material para investigadores, historiadores y otros restauradores que suelen consultar nuestros trabajos.

Este tipo de ángeles se conoce como “Ángeles Exentos”, “Ángeles Lampareros” o “Ángeles Lampadarios”. Estas esculturas se destinan a Conventos o Recintos Sagrados, estableciendo una estrecha relación con el entorno arquitectónico tanto como adorno, culto o para trabajar en las tres dimensiones reales.

Cuando se los observa ubicados en las pechinas de las iglesias o en los retablos, pareciera que vuelan… Sostenidos en lo alto y con sus alas desplegadas, las lámparas que suelen portar en sus manos y la calidad artística le dan un dinamismo único a la obra. Su posición siempre es similar: una pierna flexionada y una recta, ropas elegantes, reales, monárquicas, aunque en otros casos suelen decorarse con ropas del tipo militar, aunque cabe destacar que no se trata de figuras de vestir.

 

Para la restauración de estas obras se realizaron los siguientes estudios:

  1. Desinsectación por medio del procedimiento de Anoxia, a través de una cámara de vació en la cual se produce la exterminación de insectos, ácaros y otros organismos.
  2. Consolidación de la Capa Pictórica utilizando “Cola de Conejo” un material que se produce a partir del cuero hervido del conejo. Esto permite que la obra no se “descascare” al realizar la limpieza.
  3. Primera limpieza con pincel e Hisopo húmedo: Agua y Alcohol Isopropílico.
  4. Fijación de la policromía y capa de preparación mediante la aplicación de adhesivo. Esta técnica se conoce como “estucado”.
  5. Consolidación de grietas del soporte de la madera, mediante la aplicación de adhesivo que se inyecta en la madera con jeringa y pincel.
  6. Limpieza y consolidación de las alas.
  7. Sellado de grietas y lagunas.
  8. Extracción de clavos.
  9. Ajuste y refuerzo de las articulaciones. Desmontaje y montaje de complementos de la pierna pertenecientes a una anterior restauración.
  10. Extracción de agregados en mano izquierda, también producto de una reparación realizada en el pasado.
  11. Reintegración de capa pictórica con retoques, integrando la superficie con estuco, cola de conejo y tiza en polvo. Una vez que la limpieza por cuadriculas está realizada, la figura se realiza una técnica denominada Trateggio, con pincel fino y acuarelas, pintando líneas muy pequeñas y sutiles para acercarse al color original, sin intervenir demasiado el objeto. En caso de que se vuelva a trabajar, esta técnica reversible permite que se puedan quitar con un hisopo húmedo, por ejemplo.
  12. Protección final de capa pictórica con cera microcristalina, que también puede retirarse sencillamente en caso de querer restaurar las obras en un futuro con otras técnicas

 

Las Reglas de Restauración son claras,  por eso las obras no se “repintan” y no se intenta dejarlas “como nuevas”. No se puede intervenir en ese sentido sino que se debe respetar la antigüedad, el avejentamiento natural que produce el tiempo. El restaurador lo que en realidad hace es mantener viva la obra, quitándole aquello que no haya sido original y propio de su creador, además de la eliminación de hongos, insectos, ácaros y otros organismos que pudiera haber, además de la suciedad general.

Luego de intensos meses de trabajo, dedicación y paciencia, las obras restauradas por la Prof. Ana María Salgado volvieron a cobrar vida y hoy se encuentran exhibidas en la Iglesia de la Estancia de Jesús María – Museo Jesuítico Nacional

400 años de la Estancia de Jesús María, hoy Museo Jesuítico Nacional