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Estancia de Jesús María - Museo Jesuítico Nacional

Velada de Semana Santa

Celebramos la Semana Santa, recreando esta fecha de acuerdo a cómo se vivía en tiempos en los que los Padres Jesuitas llevaban adelante la vida religiosa de la Estancia.

Cada Viernes Santo, el Museo ilumina sus diferentes salas y espacios únicamente con velas y antorchas, creando un marco magnífico para conocer este Patrimonio de la Humanidad, viviéndolo como si el tiempo nos llevara a otros años, en los que las noches se iluminaban bajo la tenue llama de cirios y velas.

Con la llegada de la noche, la Estancia de Jesús María abre sus puertas ofreciendo un recorrido único partiendo desde su Iglesia, donde se se exhibe un Calvario integrado por una Dolorosa y una imagen de María Magdalena al pie de la cruz del Cristo que habitualmente se puede apreciar en la Iglesia de Jesús María. Acompañados por los Guías del Museo, el público continúa su recorrido por la Sacristía. Allí, sobre el arcón de algarrobo en donde se guardaban ornamentos sagrados, se pueden apreciar frontales del altar, casullas, estolas, manípulos, copones, cálices. Dos Ángeles de madera tallada del siglo XIX, de tamaño natural, estofados y con ojos de cascarón de vidrio, iluminan el espacio en el cual los Sacerdotes guardaban el ajuar de culto y se revestían para las celebraciones.

La escalera del “Negrito Sacristán” (véase el artículo en nuestra página) permite a los visitantes subir a la planta alta, ingresando a los espacios vividos de la casa. Bajo la luz de las velas, la Cocina y el Fregadero dan cuenta de la vida de los esclavizados negros de la Estancia, quienes elaboraban aquí las comidas para los Padres de la casa. La dieta se componía de alimentos producidos en la propia estancia: harina de trigo para el pan, harina de maíz, garbanzos, lentejas, habas,  arvejas, azafrán, cebollas, quínoa, ajos, carnes de vacuno, cordero o caprino  y  frutales,  algunos de las cuales se consumían como frutos secos.

A través de una bóveda de cañón corrido, el Corredor de los Aposentos invita a visitar los antiguos dormitorios. Cada uno cuenta en su interior con un asiento construido sobre el vano de las ventanas, que daban hacia el espacio de la Huerta.  Los aposentos eran ocupados por el Hermano Estanciero, máxima autoridad y responsable ante la Orden de los aspectos temporales;  el Padre Doctrinero, encargado de la vida religiosa y el Hermano Bodeguero, ocupado en las actividades vitivinícolas. Un cuarto dormitorio habría estado reservado para los visitantes que excepcionalmente debían permanecer en Jesús María. Estos espacios albergan una valiosa colección de Arte Sacro.

En un particular momento  litúrgico para los cristianos, el silencio forma parte de la visita y permite vivenciar como era una noche en la Estancia mientras los jesuitas vivieron aquí. Año a año, el público acompaña esta celebración que suele estar acompañada de Conciertos e Intervenciones Teatrales.

El próximo 30 de Marzo tendremos una nueva edición de  La Velada de Semana Santa, con visitas guiadas gratuitas a las 21:00; 21:15 y 21:30hs.

Fotografías: Marianela Fernández Cabrera